Beneficios de usar Sillas de ruedas bipedestadora

Por Perry Loh

Usuarios de sillas de ruedas están en constante riesgo de obtener lesiones secundarias como resultado de la inmovilidad. Úlceras de presión y deformidades esqueléticas son algunos ejemplos de los tipos de problemas asociados con el estar sentado por tiempo prolongado. La tecnología asistiva (AT) que ayuda al usuario a estar de pie es una opción excelente para reducir el riesgo de lesiones secundarias, ayudando al mismo tiempo a mejorar la funcionalidad en el trabajo, estudio, y actividades de la vida diaria de sus usuarios. Es importante mencionar que no todos los pacientes son candidatos para equipos bipedestadores. La decisión sobre usar un equipo bipedestador debe de ser consultada por un profesional médico calificado.

Investigaciones recientes apoyan el uso de sillas bipedestadoras, aún cuando ya hayan pasado varios años desde que inició la discapacidad. Entre los beneficios adquiridos está el sistema pulmonar, digestivo, el sistema urinario, salud ósea, tono muscular, y la preservación del rango de movimiento en articulaciones. Al reducir la carga al estar sentado, el estar de pie contribuye a la distribución de la presión. Investigaciones académicas han demostrado que también ayuda a un mejor desempeño en a actividades escolares, y también beneficios psicosociales en el usuario bipedestado.

La bipedestación no es apropiada para todos los individuos con movilidad limitada. La selección del equipo de bipedestación, así como su configuración y mantenimiento, son parte crítica para una adaptación exitosa. RESNA (Sociedad Americana de Ingeniería en Rehabilitación) ha publicado recientemente un informe académico sobre los beneficios médicos de la tecnología para bipedestar. El reporte incluye casos de estudio que son útiles para los profesionales del área médica para considerar la tecnología bipedestadora para sus pacientes.




Evolución de la legislación sobre discapacidad en las Américas

Por Perry Loh

La actitud social hacia las personas con discapacidades ha evolucionado enormemente, y este cambio cultural está siendo codificado en nuestras leyes nacionales. Por siglos, las personas con discapacidades fueron tratadas como insanas o defectuosas. Fueron miradas con miedo y lástima. Los avances científicos dieron lugar a una mayor comprensión, y las actitudes sociales se trasladaron hacia un modelo médico. La discapacidad era una enfermedad a ser curada.

Más recientemente hemos comprendido que la discapacidad no es el impedimento en sí, sino más bien las actitudes y las barreras del ambiente que resultan en una discapacidad. Cada vez más, comprendemos que la presencia de una deficiencia mental, física o sensorial no debe impedir una vida plena y significativa.

Ya en los años 1950s y 60s, el movimiento de Derechos Civiles de los Estados Unidos, y la creación de la Seguridad Social y el Seguro Médico comenzaban a crear el marco legal en ese país para lograr la igualdad de oportunidades ante la ley. No fue hasta la Ley de Rehabilitación de 1973; el Año Internacional de los Impedidos de las Naciones Unidas, en 1981; y su culminación en la Ley sobre Estadounidenses con Discapacidades (ADA, por sus siglas en inglés), de 1990, que los Estados Unidos contaron con un sistema legal totalmente desarrollado que reconociera los derechos de las personas con discapacidades. Y muchos litigios fueron necesarios hasta poder implementar totalmente todos los aspectos que conocemos hoy.

En América Latina, muchos países siguieron un curso similar. En 1989, Brasil promulgó la Ley 7853, relacionada con la integración social; y en 2011 adoptó la revolucionaria Vivir Sem Limites. Colombia reconoció la igualdad de derechos para las personas con discapacidades en su constitución nacional de 1991. Costa Rica promulgó la ley 7600 en 1996. La Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de 2006 tuvo un considerable impacto sobre le legislación de América Latina en 2006. En 2011, el presidente Felipe Calderón, de México, declaró el fin de las actitudes paternalistas hacia las personas con discapacidades en dicho país. La mayoría de los grupos defensores de los derechos de los discapacitados de América Latina tienen hoy el foco puesto en la ejecución y la aplicación desigual de los estatutos legales.